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martes, febrero 24, 2015

MEMENTO Y LA INVERTIDA FLECHA DEL TIEMPO


La linealidad en las narraciones, ir desde el principio hasta el final, fue puesto en duda desde hace mucho tiempo. En una subversión absoluta de los términos ha sucedido que muchos autores han narrado sus obras al revés, no porque empiecen desde el final, sino porque cuentan linealmente hacia atrás.

El más destacable ejemplo de eso en la literatura es quizás La flecha del tiempo del tan comentado en este blog Martin Amis. Amis construye una obra que cuenta hacia atrás la historia de un hombre, que va pasando de ser un héroe para nosotros, un médico que salva vidas, un hombre que tiene ciertas carencias afectivas a convertirse en algo mucho peor.

El pasado de ese hombre que vamos conociendo lentamente, con la misma sorpresa que el mismo personaje, nos lleva a sus atrocidades, en su trabajo en un campo de exterminio nazi, en sus investigaciones que usará con convencimiento y saña. De ese pasado le hemos conocido liberado en el futuro, convertido en médico.

La tesis de Amis en la novela es que el tiempo, al morir retrocede y que vivimos la vida en sentido contrario, como rebobinando para devolverla por fin al video club o para poder volver a vivirla.

Algo similar idearon los hermanos Nolan en Memento, aunque con mayores complejidades a la hora de contar la historia. Un hombre sin memoria reciente que quiere vengar la muerte de su mujer, que tiene que fotografiar y tatuar mensajes en su cuerpo para recordar.

Pero la película, contada hacia atrás desde su deslance que es lo primero que vemos, nos muestra los callejones oscuros de la vida de ese hombre que nos parece también heroico, pero que al final se presenta como un hombre que se aprovecha de su propia enfermedad, de su olvido para seguir viviendo una vida que se ha inventado.

La película, que podría verse igual y se disfrutaría igual, aunque con distinto argumento, si se proyectara en dirección contraria muestra la fragilidad de la vida y de la memoria, y sobretodo del ser humano, que se aferra a su vida, a lo que le queda de ella pese a quien pese. Una historia sin buenos, llena de malvados y aprovechados y asesinos.

El sentido del tiempo invertido por las ficciones, jugando con el espectador y llegando a plantear la pregunta de si realmente el tiempo puede hacernos distintos de los que un día fuimos. 


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