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jueves, octubre 09, 2014

EL NOBEL, MISHIMA Y LA LOCURA

El Premio Nobel que se falla estos días tiene tanta trascendencia que para algunos ha sido una verdadera obsesión y su no concesión una marca en la vida de los escritores. Galdós estuvo a punto de lograrlo, muy muy cerca algunos años, pero el autor canario, que hubiera obtenido así reconocimiento internacional, no se lo tomó como algo personal ni como definitivo.

No fue así como se lo tomó Yukio Mishima. En Vidas Escritas, un libro sobre escritores, Javier Marías cuenta que Mishima estaba tan convencido de que le darían el premio que había reservado una planta entera de un famoso hotel de Estocolmo para celebrar una fiesta.

Pero en lugar de a él le dieron el premio a su maestro Kawabata, lo que provocó en Mishima una enorme frustración. La fiesta tuvo lugar, por supuesto, en el hotel que Mishima había reservado, pero no era él el anfitrión ni el homenajeado.

Parece ser que este hecho fue definitivo en la vida de Mishima que tras ello tomó un rumbo extremo. La vida de Mishima, un semi aristócrata japonés, estuvo marcada por la Guerra Mundial y la derrota de Japón. El mismo escritor no pudo participar en la guerra por la tuberculosis, lo que le provocó una mayor frustración todavía.

Japón, como perdedor, tuvo que reconstruirse dentro de una gran decadencia económica y social, perdiendo la grandeza imperial y algunos símbolos que perduraban desde antiguo en la cultura y la sociedad japonesa.

Mishima, llevado por el afán nacionalista y de grandeza de su país, creó una milicia llamada Escudo para proteger al Emperador. En 1970 la milicia tomó un puesto del ejército japonés y Mishima se suicidó con el rito habitual de los samurais japoneses, clavándose una espada y después siendo decapitado por sus hombres, decapitación que se produjo al tercer intento.

Marías defiende que la pérdida del Nobel fue lo que produjo la deriva de Mishima, que entró en una espiral de locura y autodestrucción. El autor japonés de vida tan literaria como sus propias novelas, muchas de las cuales están editadas en España, no resolvió bien su relación con el premio. Veremos si Murakami lo obtiene o no y cómo se toma cualquiera de las dos resoluciones, sobre todo teniendo en cuenta que lleva ya varios años siendo uno de los favoritos al premio.


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