Publicidad

miércoles, septiembre 18, 2013

DINAMIZAR, POTENCIAR, PONER EN VALOR

El lenguaje, como instrumento utilizado por todos, es un elemento sensible. Varía con los años, con las modas, con los errores, con los préstamos, con la sociedad. Varía con cualquier mínimo cambio que se produzca. Desde el poder también lo hacen variar, intentan manipularlo para que las cosas parezcan distintas a lo que son, para que lo que hacen parezca mejor de lo que hacen.

En los últimos tiempos algunas formas de expresarse están ganando terreno promovidas, sobre todo, desde los centros de poder. Desde hace ya unos años el uso de los infinitivos desde la prosa política se va imponiendo. Los escritos y las palabras de los políticos están llenas de infinitos, porque el uso de este verbo confiere a las palabras, a las oraciones, una sensación de acción, de movimiento, de realización.

En concreto hay dos verbos en infinitivo que pretenden decir mucho pero que están realmente vacíos de contenido. Son “dinamizar” y “potenciar”. Los dos se utilizan como sinónimo de que se van a llevar a cabo muchas acciones, de que se van a hacer muchas cosas, pero cosas inconcretas, cosas sin más, cosas. Potenciar y dinamizar son dos verbos vacíos que se utilizan cuando se quiere decir que se va a hacer algo en referencia a un tema, pero sin saber qué. O lo que es lo mismo, se cita un tema de actualidad y uno de los verbos y así parece que se tratara ese tema. Pero en realidad son verbos vacíos, verbos sin contenido, verbos sin acción.

La otra expresión que va ganando terreno durante los últimos tiempos es “poner en valor”. En la prensa y en los textos políticos la expresión se muestra recurrente como algo que se quiere subir de categoría, como algo que quiere ascenderse y que quiere mejorarse. Pero en realidad es más bien palabrería. Discurso vacío. Una manera de ponerse una medalla. Hemos puesto en valor la marca España, es una manera de decir lo bien que hemos hecho, sin haber hecho realmente nada.

A través de los medios de comunicación estas expresiones se contagian porque toman un prestigio que en realidad no tienen (un claro ejemplo es la expresión “presión alta” que utilizó Mourinho y que ahora todos los periodistas deportivos hacen suya). Y poco a poco se multiplican y se reparten y llegan a todos los ámbitos haciendo su uso imparable. Y así se modifica una vez más el lenguaje, intentando con ello modificar también la realidad.



No hay comentarios: