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martes, abril 02, 2013

LA SINCERIDAD DUELE

Decirle “me la meneo pensando en ti” no fue muy cortés, pero fue muy sincero. Su gesto posterior también fue muy sincero, cuando me gano una hostia la encajo con deportividad. Y no diré que no me dolió, porque me dolió. Aunque esas bofetadas duelen sólo cuando te las pegan. Luego son una buena historia para contar.

Quise decirle lo que le dije, aunque quería que fuera un halago. Creo que ella no se lo tomó así. Desde que tengo banda ancha, no pienso mucho cuando me dedico a la masturbación. Simplemente miro. Siempre hay algo que mirar si tienes una buena conexión a internet. Sin embargo, desde hacía unos días no podía dejar de pensar en ella cuando me masturbaba. Había recobrado mis 16 años, cuando tenía vívidas fantasías durante el amor propio.

Así que, el día que por fin pude hablar con ella un rato lo bastante largo, se lo dije. Pero no se lo tomó como el gesto de cortesía y halago que yo hice. Lo mejor para haberla llevado a mi cama hubiera sido cantarle la canción más hermosa del mundo. Mi versión es mejor que la de Sabina. Cuando digo lo del carnet del Atleti se me notan los años pasados en ese campo. Lo de Annie Hall, Gioconda y Wendy lo bordo. Creedme.

Pero ella hablaba y hablaba de la sinceridad. Su novio la había mentido. Eso la dolía mucho más que las otras cosas que había hecho contra ella. Más que haberse puesto de parte de su madre. Más que haberla engañado con su mejor amiga. Más que haberla robado dos mil euros de la cuenta del banco. Repitió la palabra sinceridad sesenta veces en ese rato. Y cuando me preguntó si yo era sincero, le dije “me la meneo pensando en ti”. Es evidente que no suena igual que “De sobra sabes que eres la primera”, pero es muchísimo más cierto.

Cuando se fue me gustó tanto que pensé en irme a casa. Aunque fuera diez minutos. Pero había muchas chicas en el bar y tenía ganas de mentir un poco. La sinceridad me dolía todavía.




Yo soy más feo y no llevo traje, ella no era rubia

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