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domingo, diciembre 30, 2012

LA REHUMANIZACIÓN DE RASKOLNIKOV II

Cuando, solos en el cuarto de Sonia, Raskolnikov le pide que le lea el pasaje de los evangelios en el que Lázaro resucita y vuelve a ser un hombre, Dostoievski está anticipando el futuro de Raskolnikov. También él volverá a ser humano, también resucitará y volverá a sentir que si hubiera sido sacado de la cripta. Sonia sería su resucitadora.
No ocurre lo mismo con otros personajes del autor de San Petersburgo. El jugador y el Doble continúan en su condición de deshumanizados. El jugador pierde su condición de humano a la vez que va perdiendo su dinero en la ruleta. A la vez que va dejando de importarle ganar o perder y va centrándose más en el deseo de jugar sin medida, para acercarse a la nada. Y deja de ser humano para conseguir el dinero necesario para jugar. Su condición no variará. Se mantendrá igual.
El doble, expulsado de la vida por alguien que es exactamente igual que él, pero no es él, morirá fuera de sí, fuera de su condición social y moral de humano. Morirá siendo nadie, siendo nada, aferrado al nihilismo más absoluto de ser desposeído de su misma identidad y su misma materia.
Raskolnikov, criminal confeso y culpable, transido por las ideas filosóficas, tendrá una redención a través de la fe, la religión, la naturaleza y el amor. Como lo tuvo Don Juan. Así, Raskolnikov consigue rehumanizarse por el amor sincero y sin condiciones ni recepciones de Sonia. Consigue volver a ser humano, rehumanizarse, volver a respirar, y tener la oportunidad de escribir otra historia, otra novela.
Raskolnikov se rehumaniza, El jugador, El doble, no, acaban en la muerte y la locura, en la soledad, en la nada.




Primera página de la edición de Cátedra de Crimen y Castigo

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