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domingo, marzo 04, 2012

LA VERDAD

Está ahí. Al borde la lengua. Pero no se dice. Nunca nadie lo ha sabido. Y nadie debería saberlo. Porque ni siquiera yo mismo puedo decirlo y mirarme después tranquilo en el espejo. Porque seguramente tu mirada después de decirlo ya no será la misma, no seré yo el que fui. No para ti. Así que nunca nadie debería saberlo. Y por eso siempre mejor quieto. Siempre mejor solo. Donde nadie pueda verme. Nadie pueda saberlo. Donde nunca pueda hacer nada. Y no tener una verdad que guardar para ti. Ser bueno por siempre. Al menos para ti.




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