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lunes, enero 30, 2012

NADA CÓMO EL AMOR

No tengo muy claro por qué, pero quiero a mi mujer. No es que la quiera demasiado. Tampoco que no pueda vivir con ella. Es que la quiero. Es la costumbre o que está ahí todo el rato. No lo sé, pero la quiero. También quiero mucho a nuestra amante china. Tal vez por las mismas razones que a mi mujer y además porque no habla demasiado.
Ellas suelen estar a lo suyo, que no sé bien qué es por qué no me gusta molestar ni preguntar, pero ahí están. De vez en cuando me paso a ver qué hacen y hacen lo que hacen: planchar, coser, lavar, fregar, enrollarse. Lo mismo que todas las esposas.
La cuestión es que quiero darles una sorpresa porque me he dado cuenta que ser soltero es una chufa. En el periódico ponía que viven menos y que son más infelices. Como yo tengo dos viviré aún más. Creo que un viaje puede ser un buen regalo, pero como aún no hay agencias de viajes chinas, al final les he regalado un rolex a cada una. Es verdad que es chino, pero por eso estoy convencido de que va a funcionar mejor. No hay nada cómo el amor.




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