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jueves, enero 12, 2012

LOS PANTALONES IMPOSIBLES

Comprarse unos pantalones es algo que la gente hace día a día. Y que parece muy fácil. Pero no. no lo es. Estaba en las rebajas, más que nada porque había salido en la tele y era martes y los martes no tengo mucho que hacer. Es un día un poco soso en mi rutina. Los lunes duermo el fin de semana, los miércoles afino la guitarra y me corto la barba. Los jueves leo los periódicos. Los viernes me despierto normalmente en un sitio que no sé dónde está. Y el fin de semana trabajo.
En las rebajas había mucha gente y ciertamente buenos precios. Elegí unos pantalones, porque tengo sólo dos pares y me pongo unos hasta que se lavan y secan los otros. Escogí mi talla y fui al probador. No me entraban. Tal vez había engordado. Vi otros. Cogí una talla más. Me estaba enorme. Volví a por los mismo y la talla de siempre. Perfecta la cintura mal el resto. Muy ajustados.
Encontré un letrero con el tipo de pantalones. Ajustados aquí. Caídos allá. Anchos por no sé dónde. Entré en otra tienda. Peor aún. Las tallas eran otras y su traducción a las tallas normales falsa. Tuve que coger unos tres tallas mayores. Que no me estaban bien.
Al final volví a la primera tienda y me compré unos que más o menos me entraron y no me molestaron. Pero puestos en casa me di cuenta de que no, no eran lo que yo buscaba. Justos en las piernas. No me cabe la cartera en el pantalón. Así que tengo que volver el martes a por otros. Creo que me compraré un chándal.  




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