Publicidad

martes, abril 20, 2010

INCONSCIENTE

He empezado a ir una terapeuta. No por nada. Por gastar en algo en dinero. Vino un día a vernos y le gustó nuestro número. Le gustó también Felipe, pero como está con la gafapasta no le hizo caso. Así que se quedó conmigo y me dijo, te hace falta terapia. Y fui a verla. Más que nada porque me hace un buen precio. Gratis.

Hablamos. De todas las cosas. De las que se le ocurren a ella. Yo tengo poca conversación. Soy un hombre silencioso. Apenas si digo nada. Pero cuando me pican, hablo y hablo y hablo como un loro hemorrágico. Así que la terapeuta me pica y yo hablo y hablo. No de nada. De lo primero que nos pilla. Que no suele ser interesante, por más que ella diga, ummm qué interesante.

Está, por lo visto, muy interesada en mis actos inconscientes, que por lo visto son los que hago sin darme cuenta, sin pensarlos, sin motivo, sin razones. Los hago sin ser consciente de ello. Por eso son inconscientes.

Por lo visto inconscientemente he querido siempre casarme con mi prima y dejarla embarazada. Y digo yo que no tengo primas. Pero a ella le da igual. Que se calle, que a usted le pone su prima. No sé por qué en la consulta me llama de usted.

Yo de momento sigo yendo, porque es muy entretenido y es gratis. Y esa mujer es mona, así que mirarla no está mal. Es interesante. Así que ahí estoy con mis actos inconscientes. ¿y cuándo le miro las tetas a las mujeres, inconscientemente, claro? Eso está muy feo. Es un usted un reprimido, debe hacerlo conscientemente.


No hay comentarios: