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martes, noviembre 17, 2009

PREOCUPACIÓN

No puedo explicarlo, pero estoy tremendamente preocupado. Todo me va bien. Sé que esto es contradictorio. Que si todo me va bien debería estar contento. Pero tanta felicidad no me deja disfrutar.
Estoy siempre acostumbrado a que las cosas me vayan mal. Que las mujeres me alejen de ellas rápida y expeditivamente. Que me echen rápido de cualquier trabajo. Que el coche se me rompa. Que el banco mande un matón para partirme las piernas. Que Felipe pase de mí.
Pero ahora todo es distinto. Las mujeres me quieren cerca. Muy cerca. Me han renovado el contrato. El coche, nuevo, es genial. Me lleva, me trae, calentito, cómodo, rápido. El director del banco sale de su oficina a saludarme cada vez que entro allí. Felipe sigue pasando de mí. Eso no se puede arreglar.
Así que me preocupa que todo esto se joda. Pero me preocupa que la felicidad acabe por embriagarme. Y me preocupa no saber disfrutarla. Porque yo estoy hecho para la derrota y el sufrimiento.
Estoy pensando en insultar a las mujeres que se me acercan. En romper el coche. Despedirme del trabajo. Robar el banco. Darle de hostias a Felipe. Hacer algo que cambie esta dinámica.


Job y sus amigos

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