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viernes, mayo 22, 2009

WONDERWALL

Llevo toda la tarde sentado sin hacer nada. Sólo escucho Wonderwall una y otra vez, una y otra vez. No hago nada. El reproductor del ordenador pone la canción él sólo. Una y otra vez. Pienso. Pienso en cómo es posible que alguien haya podido escribir esto. ¿Sería consciente ese hombre de lo que había hecho?
Pienso en lo que se debe sentir al hacer algo así. En cómo debió de sentirse Velázquez cuando terminó Las Meninas. O Verdi cuando terminó La Traviata. ¿Sabrían los genios que eran genios? ¿Que habían hecho algo genial? ¿Cómo se descubriría eso? ¿Por la reacción de los demás? ¿Habría algo que te lo diría de por sí, sin razones, simplemente al terminar lo pensarías y estarías de acuerdo en ello?
Pienso muchas más cosas. En lo odiosos que me han resultado siempre los Gallagher, en que puedo, si cojo la guitarra, tocar la canción. En que tengo aprendérmela bien, porque hay partes que aún no puedo cantar. A veces pienso también en ella.
Es una canción de amor. Y como todas las canciones de amor (o todo el amor) es un poco adolescente. Un poco infantil. Un poco exagerada. Pero es menos adolescente que muchas otras canciones de amor. Mucho menos que Life Forever. A veces, cuando veo que me convierto en lo que odio, me río. Soy un gafapasta por momentos. Y me río de lo tonto que soy.
Hace tiempo que he comprendido que la canción, pese a ser adolescente, tiene varias verdades innegables, verdades aplicables a mucha gente. Verdades que, sin mentirme excesivamente, no como otras veces, puedo aplicarme a mí mismo. Pienso en que cuando aquella canción empezó yo escuchaba cosas mucho peores. Menos infantiles tal vez. Pero peores. Mejoro con la edad.
Las verdades de la canción se me hacen innegables por momentos. Pienso en ella. Y en otras. Pienso en aquello en que me he equivocado. Recuerdo a Luis Rosales. Como el náufrago metódico.
Siempre tiendo a dejar pasar las cosas. Me da todo lo mismo. Hasta que me quieran o no. You’re my wonderwall. Debería dejar de pensar y hacer algo. Aunque sea lo mismo que estoy haciendo. Aunque sea ponerme a leer.
Desde luego me caen fatal esos tipos, pero la canción es genial. Es tan tarde ya. No sé qué estará haciendo. En realidad no me importa. Me pregunto por qué ya no la quiero. Por qué he dejado de quererla. Y por qué soy tan frío que me da igual. Tengo que dejar de pensar tanto.
Tengo demasiado tiempo libre. Necesito una mujer que lo ocupe. Debería llamar a… debería mejor pedirle el teléfono, porque sin el teléfono no puedo llamarla. Today is gonna be the day. Mañana mismo se lo pido. Soy lo suficientemente mayor como para saber lo que tengo que hacer. Pero demasiado inmaduro como para hacerlo. Y demasiado vago. Voy a escribir todo esto en el blog, si no me canso antes.

Barrera, muro maravilloso

1 comentario:

Julio Vegas dijo...

Live forever mola mucho máA, pero vamos, para gustos, los colores.

Eso sí, ¿Oasis gafapasta? Será ahora, pero cuando salieron estos discos, ni de coña!