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lunes, diciembre 29, 2008

CONDENADO

Como cuando Adán fue expulsado del paraíso, como cuando Lucifer fue expulsado del cielo, así se sentía, expulsado, eliminado, arrebatado de aquel lugar que le pertenecía, de aquel lugar que era suyo, de aquel lugar que sentía en su corazón.
No era un lugar real, no obstante, no era cierto y físico y tangible, era un lugar distinto, era un lugar donde había llegado, sí, pero era un lugar en la sociedad, un lugar en la vida, un lugar entre aquellos entre los que quería estar, un lugar al lado de quien quería estar y vivir y amar.
Pero como Adán o Lucifer cometió un error, y hay errores que te condenan para siempre, que te persiguen siempre y que no se eliminan y que casi pasan a los tuyos, a los demás y es necesario un sacrificio tan grande para eliminarlo que es imposible que el culpable lo expíe.
Tal vez sí los demás pudieran, tal vez sí los que le rodeaban, los que vinieran después pudieran solucionarlo. Pero él no. Él estaba expulsado. Porque cometió un error. Porque hay errores que te condenan para siempre.


Eva y Adán

3 comentarios:

enrique garcía dijo...

"Había nacido para no encajar en ninguna parte"
Saludos, Rubén, desde las Islas Canallas.
Enrique García "El Legi"

Unknown dijo...

Un error = Una condena, así es esto, así de duro, así de simple.

Selene dijo...

Ufffffff, que familiar me suena eso!